Para mí se hace imprescindible una toma de contacto previa al compromiso del proceso de crecimiento de la propia terapia, salvo excepciones de urgencia vital. Y las razones son éticas para la persona que acude a mí, que sepa si está cómoda para poder abrirse y confiar, y conozca mi trayectoria, forma de trabajar y profesionalidad.
Las sesiones de grupo serán un complemento no obligatorio, aunque recomendable a la terapia individual.
Su duración va desde una hora y media a cuatro horas, en frecuencia mensual, con el mayor propósito de digerir el material que va explorándose.
Exige un compromiso previo, a tratar en entrevista o en el primer encuentro: la confidencialidad, la asistencia, el respeto, la autenticidad, la evitación de opiniones o juicios ajenos, a fin de crear un entorno seguro a modo de útero que nos nutra y aligere las cargas, para lo cual la libertad del ser es imprescindible.
El trabajo a realizar es básicamente vivencial (creativo, expresivo, libre, corporal, artístico) en los enfoques de los que he bebido a lo largo de mis formaciones y de mi vida. Y con el acento en el movimiento y desbloqueo de las corazas, barrotes físicos, mentales y emocionales, dando luz para dar oportunidad al ritmo que el cuerpo necesite para “moverse” para moverse al cambio que elija vivir.
Es imprescindible la terapia individual o haber mantenido un proceso de terapia definida y con cierta continuidad, en el pasado.
Los grupos son siempre reducidos.
Aprovecho el enclave del espacio de trabajo, cerca del Parque natural de Cabo de Gata, para caminar y sentir la naturaleza de la montaña y del mar, que nos facilita la conexión con nuestra parte más natural ( humana, sencilla, espiritual, salvaje, auténtica, instintiva).
La duración es de un día completo o de día y medio. Siempre en fin de semana o festivo.
El programa de talleres y grupos aparecen, habitualmente, en septiembre/octubre y se sigue el curso “académico”, desde octubre o noviembre hasta junio o julio.
Es necesaria una entrevista previa.