Psicóloga y terapeuta psicocorporal
(Terapeuta Gestalt y de orientación bioenergetica)
Licenciada en Psicología por la Universidad de Almería
Colegiada nº AO04466
Terapeuta Gestalt por la AETG (Asociación Española de Terapia Gestalt) y Terapeuta en Análisis Bioenergético, por la SAAB (Sociedad Andaluza de Análisis Bioenergético) y la IIBA (Instituto Internacional de Análisis Bioenergético).
Formada en Reiki Usui (3 niveles).
Terapeuta floral por el Instituto Edward Bach.
Formación en Sexualidad femenina por el Institut Gestalt, impartida por Mireia Darder, Luana Salvadó y Eugènia Gallo.
.
Las personas que han creado situaciones removedoras, han favorecido el crecimiento de mi propia vida y alma; han seguido y siguen en mí, como parte de mi piel.
En mi veintena, comencé de puntillas a revisar mi vida de una manera muy sencilla con la homeopatía unicista, y me abrió los ojos y pacientemente me condujo al centro de mis angustias, para aliviar estas enfermedades físicas y emocionales, que por aquel entonces suponían una antorcha para mi incipiente introspección.
Desde lo más terapéutico, justo después de terminar mi licenciatura en Psicología, llegó a mis manos un libro sobre la terapia Gestalt, básico y sencillo en sus descripciones; me abrió la esperanza a la posibilidad de una psicología clínica más humana, cercana, brillante y me devolvió la fe en mi vocación. Inicié una búsqueda hacia la formación y preparación personal en esta forma de autoconocimiento, comprensión y actitud en la vida llamada Gestalt.
Han sido años de reencontrarme, con mis demonios y mis miserias, centrada en un presente y acudiendo a mi pasado para descubrir-me, limpiar-me y sostener-me así como para ofrecer la presencia con integridad y autenticidad a las personas que se sentaban junto a mí para ser acompañadas y con las que mantenía la relación terapéutica desde la esencia más pura del enfoque gestáltico.
A mí me fue ocurriendo que los cambios llegaban desde dentro y fueron proyectándose hacia fuera, comprometida en lo que iba viendo, sintiendo y necesitando, haciéndome responsable de mi vida y caminando a mi ritmo hacia el bienestar soñado y esperado.
Con el tiempo he sabido que la terapia no tiene reglas fijas en cuanto a la duración del proceso de crecimiento. Que la figura de mis terapeutas, como he dicho antes, han sido cruciales para sentirme confiada y entregarme a lo que iba apareciendo, me gustara más o menos.
Dentro de este ciclo formativo y de crecimiento, tuve a mi hijo, que me ofreció el regalo de ser madre y supuso y supone un darme cuenta permanente de lo imprescindible del sentimiento de humildad, de lo importante de la generosidad, de la gratitud y de la entrega.
Sé con certeza de la sabiduría y maestría de los niños. Sigo aprendiendo de él y con él desde que se gestó en mi interior. Siempre me digo que con él, mi vida es más vida.
Quiero mencionar a mis dos hermosos grupos formativos con los que he crecido así como mis dos maestras de corazón más actuales como son Louise Fréchètte y Emilia Gallardo, cuya generosidad, empatía y amor me han enseñado tanto de mi misma, y de lo que hace mover al mundo: el amor.
Sigo abierta a explorarme, a aprender de mí, a dejarme afectar por los sucesos que llegan para enseñarme y transformarme, para acompañar a mis pacientes en su camino, para sostener y contener con mi presencia sus vivencias internas, desde mi lugar como testigo y con la mayor coherencia de quien pasó por donde ellos pasan cuando están conmigo.